viernes, 12 de abril de 2013

JARDINES MEDIEVALES, UN DELEITE PARA LOS SENTIDOS



Se dice que la historia del jardín medieval en la Europa cristiana empieza  con Carlomagno en el 800. Aunque los romanos introdujeron muchas hierbas y plantas (el arte topiario del boj o el castaño; su hortus era su jardín) en lo que fue su imperio, fue Carlomagno quien fomentó su extensión.

Impresionado por la belleza y la utilidad del herbario del monasterio benedictino de St. Gall, en Suiza (en este monasterio se conservaba el plan ideal de convento según la Regla de San Benito del siglo VI que decía que cada monasterio debía estar organizado de forma que todo lo necesario estuviera allí para que los monjes no se vieran precisados a salir frecuentemente y pudieran ejercer diversos oficios), decretó que todas las ciudades del imperio tuvieran un jardín de hierbas. Por orden suya, debía encontrarse siempre en sus jardines: achicoria, amapolas (conocida como “mala hierba de los sembrados desde la Edad de Bronce pero con propiedades narcóticas),  laurel (árbol consagrado a Apolo y a la victoria), malvas, menta, romero, ruda, salvia, hinojo y hierba lombriguera (las dos últimas utilizadas como desinfectantes de los suelos). Sin faltar las rosas y los lirios que, junto a las azucenas aparecerán muchas veces en los libros y pinturas como símbolos de la Virgen (de la pureza y de la blancura).


EL JARDÍN “DE HIERBAS” DE CARLOMAGNO

En la Capitular De Villis (o referente a las villas) del año 800, Carlomagno enumera las 74 especies de flores, de hortalizas y legumbres, desde el lirio hasta  la alcachofa, que es preciso cultivar en los jardines de las villas. "Queremos que tengan en los jardines plantas de todas las especies...". También hace sus recomendaciones en cuanto a los árboles: manzanos, perales, melocotoneros, cerezos y ciruelos de distintas clases, serbales, nísperos, castaños, membrillos, avellanos, morales, laureles, pinos, higueras y nogales (teñir con la nogalina extraída de la cáscara verde de la nuez). "Que el jardinero tenga en su casa siemprevivas"- apunta. Llamada también “barba de Júpiter”, se creía que, plantada en los tejados, alejaba los rayos.

Muchas de estas plantas se cultivan desde hace más de 4.000 años en el Viejo Mundo como el guisante, que se tiene por el vegetal más antiguo conocido; o el manzano, el peral, el albaricoquero, el melocotonero, el almendro, la higuera o  la cebolla, el sexto vegetal más cultivado  en nuestros días...

EL HERBARIO DE SAN GALO, EN SUIZA

El  herbario de San Galo, con unas medidas de 12 x 15 m, contenía 16 plantas: alubias pintas, satureja, rosa, menta, comino (semillas diminutas), apio de monte, hinojo,  azucena, salvia, ruda, lirio, hierba lombriguera, trifolium ornithopodioides (un tipo de trébol), y romero (flores y hierbas medicinales y aromáticas).

Asimismo, el huerto contenía una serie de árboles frutales (13): desde manzanos y perales, a melocotoneros, moreras, ciruelos, nísperos, laureles, castaños, higueras, membrillos, avellanos, almendros y nogales. Hay quien ve en estos trece árboles a Cristo y sus 12 discípulos.

En cuanto al jardín de hortalizas, éste contenía: cebollas, ajos, puerros, chalotas, apio, perejil, cilantro, perifollo, eneldo, lechugas, amapolas, tomillo salsero, rábanos, chirivías, zanahorias, coles, remolachas y comino negro.

La idea que subyacía era la de "verduras para la cocina, hierbas para la enfermería y flores para la iglesia... o el cementerio". Los árboles, para fruta y sombra.

TIPOS DE JARDINES MEDIEVALES

El más pequeño jardín o herbario conocido es el de la reina Eleonora de Winchester, en Inglaterra,  de  sólo 2 por 2´5 metros, con hierba y bordes herbáceos.

El huerto frutal más pequeño, para ser rentable y obtener las máximas compensaciones en caso de robo- algo muy frecuente en la Edad Media- debía contener al menos 12 árboles distantes entre sí entre 5 y 6 metros lo cual daba una superficie de 18 x 24 metros aproximadamente.

Guillaume de Lorris en su “Poema de la Rosa” describe el jardín ideal de esta manera: “El jardín estará rodeado por una muralla que lo cerque y lo proteja de miradas ajenas. Tendrá un pequeño prado, árboles, pérgolas y túneles realizados con ramas enlazadas de trepadoras y contará con flores y una fuente. Su espacio se dividirá en cuadrados [tiene que ver con lo estático, con el orden, con la organización racional] con caminos bordeados de hierbas aromáticas que con su olor hagan aún más agradable el lugar”.

DESCRIPCION DE UN JARDÍN DE ESPARCIMIENTO EN EL SIGLO XIII

Alberto Magno hace la siguiente descripción hacia el año 1260: "El prado debe ser de tamaño tal que en un cuadrado puedan plantarse hierbas de dulce aroma como la ruda, la salvia o la albahaca y todo tipo de flores como violetas [los griegos las creían nacidas de la sangre de Atis], aguileñas, lirios, rosas, azucenas o similares.

Al borde del césped -contra la pared-, dejar un banco de césped más alto, florido y hermoso, [la vincapervinca es bastante resistente a que se sienten sobre ella; también, puede plantarse orégano o tomillo].

Sobre el césped y contra el calor del sol -siempre en un lateral- deberían plantarse árboles o viñas con guías (parras). La sombra es lo que más se busca tras la fruta, así que no hay que tomarse muchas molestias en cavar alrededor y estercolar porque esto puede dañar al césped. Los árboles no deben ser amargos sino de flores perfumadas y sombra agradable como vides, perales, manzanos, granados, laureles, cipreses... No debe haber árboles en el medio del prado y sí en cambio una fuente [circular/la perfección, u octogonal-símbolo de la regeneración entre el cuadrado-terrenal y el círculo-eternidad, con una o dos tazas, tiene un sentido de centro; en la imagen del paraíso terrenal,  4 ríos parten del centro, es decir, de la misma fuente] de piedra de agua cristalina".

Jardín, claustro o patio, la fuente siempre ocupa el lugar central.

DESCRIPCIÓN DE UN JARDÍN MEDIEVAL ESPAÑOL EN EL ROMANCERO

Está en el Romance de la Cava, que pertenece al ciclo de Romances de don Rodrigo. Dice así:

De una torre de palacio
se salió por un postigo
la Cava con sus doncellas
con gran fiesta y regocijo.
Metiéronse en un jardín
cerca de un espeso ombrío
de jazmines y arrayanes*,
de pámpanos y racimos.
Junto a una fuente que vierte
por seis caños de oro fino
cristal y perlas sonoras
entre espadañas y lirios,
reposaron las doncellas
buscando solaz y alivio
al fuego de mocedad
y a los ardores de estío.
Daban al agua sus brazos,
y tentada de su frío
fue la Cava la primera
que desnudó sus vestidos.
En la sombreada alberca
su cuerpo brilla tan lindo
que al de todas las demás
como sol ha escurecido.
Pensó la Cava estar sola,
pero la ventura quiso
que entre unas espesas yedras
la miraba el rey Rodrigo (...)

* arrayanes: mirto

La corte en tiempos del rey Rodrigo era Toledo, donde aún se conserva un lugar llamado El baño de la Cava, cerca del río.

Sin embargo, la descripción del jardín y sus elementos, parecen tener más que ver con un diseño de jardín árabe (el más antiguo de la Península es el Patio de los Naranjos de la Mezquita de Córdoba) que con el que podría existir en sus tiempos, a principios del siglo VIII. “El jardín será un espacio cerrado a ojos extraños. Su interés se colocará en su centro y el conjunto deberá contemplarse desde una perspectiva oblicua que favorezca la serenidad”- puede leerse en un libro sobre jardinería escrito en la Córdoba del siglo XI.

De hecho, según los estudiosos, Cava no es un nombre sino el arabismo "caba", que significa "mujer deshonrada". Como los romances se escribieron mucho después, quizá se incorporara el tipo de jardín más conocido en ese momento a base de fuentes, albercas, parrales, jazmines y arrayanes. La palmera y el almendro fueron los árboles preferidos por el Islam español; junto al laurel y al olivo, adornaron sus huertas y jardines.

Gonzalo de Berceo en los “Milagros de Nuestra Señora” ya habla de “milgranos [granada; los griegos creían que había brotado de la sangre de Dionisos] e figueras], peros e manzanedas...”

RECREACIONES MEDIEVALES EN EL SIGLO XX


The Shrewsbury Quest, en la ciudad de Shrewsbury, en el centro-oeste de Inglaterra, está inspirado en el único plan superviviente de un jardín monástico existente en Canterbury, que data del año 1165.

El jardín está dividido en 4 partes: el patio, con el espino de Glastonbury, un árbol emblemático por tener dos floraciones, una de ellas en invierno, y ser descendiente del que trajo José de Arimatea. En otra esquina, el herbario, donde crecen las hierbas medicinales -con una pequeña área cercada guardando las plantas más peligrosas como el acónito o la mandrágora, ambas venenosas. La tercera parte es el herbario del abad, una zona de césped bordeada por hierbas aromáticas y flores con un pequeño estanque en el centro. La última, está ocupada por la huerta de hortalizas donde se cultivan puerros, ajos, cebollas, repollos, coles o las menos familiares hoy en la cocina acedera (se comía en ensalada o hervida) y ortiga (como verdura cocinada) de “cuando las gentes sabían vivir más sobriamente”.

EN ESPAÑA: QUÉ QUEDA HOY DE LOS JARDINES MEDIEVALES

Herbarios medievales, originarios o recreados, no quedan en España como tales.
Lo más parecido es la botica de Santo Domingo de Silos (desde 1701) y Valldemosa, en Mallorca. Últimamente, en la Granja de San Ildefonso se ha recreado el Jardín de la Botica. El proyecto se ha inspirado en un jardín de botica con cierto aire medieval del que no se conoce el diseño original exacto. Un espacio cuadrado dividido en cuatro cuadros de plantas aromáticas (malva, menta, etc)  con una fuente en el centro, un estanque para cultivar las plantas medicinales acuáticas y una casita triangular que servirá de centro de consulta de libros conforman el espacio del jardín que, hasta hace poco, era un almacén de aperos de labranza.

En cuanto a la historia de la Cartuja de Valldemosa, contada por su última propietaria, Margarita Ferrá, de 79 años, es ésta [en 1998]: "El Padre Fray Gabriel Oliver fue el último cartujo en la desamortización de 1835, antes de la exclaustración. Se la quedó en arriendo y enseñó todo lo que sabía a su sobrino Juan Esteve Oliver. A él, mi padre en los años 20 le compró la farmacia"... Margarita recuerda que en el jardín se cultivaban ajenjo, mirto, menta, un rosal con el cual destilaban el agua de rosas y otras plantas aromáticas, que, al convertirse en Museo, se dejaron de cultivar.

En el Monasterio de Guadalupe también se ha recreado un jardín.

EL ORIGEN: LA BIBLIA, EL JARDÍN DEL EDÉN

"Hizo Yahvé Dios brotar en él de la tierra toda clase de árboles hermosos a la vista y sabrosos al paladar, y en medio del jardín, el árbol de la vida (de la inmortalidad) y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Salía de Edén un río que regaba el jardín y de allí se partía en cuatro brazos..." El Paraíso es el centro y la fuente en la que se originan 4 manantiales. El número 4 a su vez tiene que ver con lo estático, lo terrenal.

EL MÁS ALLÁ COMO VERGEL

Aparece en las más tempranas obras célticas. En ellas,  Avallon, el más allá de los bretones y galeses, se llama tierra de manzanas, y el paraíso de los irlandeses es la tierra de las manzanas de Emhain. Quizá por eso aún se siga diciendo que “una manzana al día (cocida, rallada, asada o a mordiscos) es cosa sana” o “sano como una manzana”.
Por su parte, según el Corán, los musulmanes imaginaban el paraíso como un jardín florido en el que los elegidos se reclinaban en bellas alfombras, deleitándose con el perfume de las flores, el arrullo del agua y el rumor de las hojas.
De hecho, la palabra paraíso deriva del griego “paradeisos” y ésta a su vez del persa “pairidaeza”, que significa “jardín cerrado”. La forma más elemental de jardín es la del patio, con los caminos en cruz [una conjunción de contrarios: lo positivo/vertical y lo negativo/horizontal, lo superior y lo inferior, la vida y la muerte], dibujando 4 macizos de flores, bordeados por setos tallados y con una fuente en el centro.
Definición de Jardín (en el diccionario de María Moliner): “Cualquier lugar ameno (deleitoso) poblado de plantas y flores. Viene del francés jart = huerto y gard= cercado, seto; que en inglés da yard=patio.

CREAR UN JARDÍN MEDIEVAL

Elementos fundamentales son: una fuente de piedra, un lugar para sentarse, un árbol- al menos- para sombra, y una viña trepadora (una parra), césped y macizos de flores y de hierbas medicinales y aromáticas.
Dimensiones: el herbario más pequeño que se conoce es el de la reina Eleonora, en Winchester, de tan sólo 1'8 X 2'4 metros.
Habrá, en cualquier caso, que adaptarse al espacio que se tenga.
Estas son algunas sugerencias de los expertos: para el seto o enrejado, majuelo, rosal silvestre y madreselva. Para los bordes herbáceos, violetas, lirios, rosas o primaveras; para los asientos, en forma de L, pegados a la pared, o en forma de U y exentos, césped por arriba o plantas como la vincapervinca, orégano y tomillo resistentes al aplastamiento; en el centro, sólo césped, para serenar la vista, un pino o enebro para elevar el espíritu y una fuente para refrescarse y escuchar su murmullo.

LA CERCA, EL SETO O EL MURO

En la idea de “jardín cerrado” tienen mucha importancia. Y es una pervivencia  de cuando el hombre se transforma en sedentario y se pone a cultivar o encierra a sus animales domésticos cerca de la casa; porque protegen de los vientos e impiden escapar- sobre todo los espinosos- a las ovejas. Además, concentran a pájaros insectívoros que evitan las plagas. Incuban exclusivamente en setos chochines, currucas (en endrinos la zarcera), verderones (prefieren los majuelos) ruiseñores y zorzales. El alcaudón utiliza las espinas del endrino como despensa en la que ensartar saltamontes.
Vallas (cerca hecha de estacas o tablas), tapias (obra de albañilería), enrejados (con cañas o varillas) de avellano, setos vivos (vides, rosal silvestre, zarzamora, arrayán, aligustre/llamada alheña por los árabes, laurel real (introducido en Italia en el siglo XVI), pitosporo, teocrium, escalonia de flor rosada) son utilizados para cerrar el jardín...

En un seto de 100 metros de longitud se pueden diferenciar entre 20 y 25 especies de plantas, entre leñosas y herbáceas: Avellanos, ciruelos, endrinos, majuelos, salgueras, saúcos. Entre las trepadoras: correhuelas, madreselvas, zarzaparrillas...

Un seto de 1 kilómetro de longitud maduro (de más de 25 años) da cobijo a un promedio de hasta 50 parejas de aves. Son, pues, lugares de gran diversidad animal y vegetal. El saúco [su cultivo- por sus frutos- se remonta a los tiempos neolíticos y el hombre lo ha extendido por gran parte del globo; por ello se dice que acompaña a las civilizaciones. Ahuyentaba a sapos, culebras y salamandras según el saber popular] da de comer a más de 40 tipos de aves. Malvas, campánulas, lavándulas o centáureas atraen a abejas y mariposas.

LAS PLANTAS DE EXTRACTOS, UNA ALTERNATIVA A LOS CULTIVOS TRADICIONALES EN EL SIGLO XXI

Lo dijo en la UIMP el catedrático de la Politécnica de Madrid José Mª Mateo Box. “No podemos seguir cultivando trigo” o girasoles y  España importa cada año montones de plantas con principios activos útiles para la industria farmacéutica, la cosmética o la alimentaria,  y que nos cuestan más de 10.000 millones de pesetas anuales, cuando por clima y condiciones podríamos estar plantando plantas medicinales, aromáticas y condimentarias en los terrenos de cultivo que se van abandonando y contribuir con ello a evitar la desertización del suelo además de crear riqueza y obtener unos beneficios económicos. El tomillo, el romero, la santolina o la lavanda cuanto más sol reciben más aceite producen y más huelen. El clima mediterráneo de gran parte de la península es óptimo.

ALGUNAS CURIOSIDADES

* Las 7 plantas sagradas de los Druidas: además del muérdago, la verbena, el beleño, la primavera, la pulsatila, el trébol y el acónito.
* Las 9 hierbas sagradas del dios nórdico Odín: artemisa, llantén, berro, manzanilla, ortiga, perifollo, hinojo, manzana silvestre y la no identificada "atterlothe".
* La acedera y el llantén son dos de las más antiguas hierbas medicinales.
* Los 13 árboles de San Galo, que bien pudieran representar a Cristo y a sus doce apóstoles: manzano, peral, melocotonero, morera, ciruelo, níspero, laurel, castaño, higuera, membrillo, avellano, almendro y nogal.
* Los 7 árboles nobles de Irlanda: roble, manzano, aliso, abedul, avellano, sauce, acebo.
* La leyenda del majuelo: Dice que José de Arimatea, propietario de la tumba en la que Cristo fue enterrado tras la crucifixión, llevó el primer espino a Inglaterra sobre el año 63 después de Cristo. Lo plantó en Glastonbury y produjo un espino sagrado, que a partir de entonces siempre florece en Navidad (tiene dos floraciones al año).

UN VIVERO DE PLANTAS MEDICINALES Y AROMÁTICAS HOY

ADENA lo ha creado en Burguillos, un pueblo de la provincia de Sevilla, con el objetivo de crear empleo y evitar la recolección masiva de plantas silvestres en el campo. Contiene: albahaca, anís verde, diente de león, eneldo, espliego, hinojo, malva, orégano, poleo, romero, salvia y tomillo.

HORTALIZAS Y VEGETALES PARA UN JARDÍN MINIMALISTA

Estos son algunos de los citados por la revista británica Permaculture, soluciones ecológicas para la vida diaria: col, brocoli, remolacha, achicoria, ajo de oso, berros o capuchinas. Pueden comerse hervidas o en ensalada. La berza, la col rizada, habas, ajos y puerros son plantas fáciles de cultivar-  incluso para un inexperto.

BIBLIOGRAFÍA

* Jardines medievales. John Harvey. Batsford, London, 1981.
* El jardín simbólico. Margaret H. Thomson. Olañeta, 1984.
* The Medieval Garden. Sylvia Landsberg. British Museum Press, 1995.

 [Publicado en el semanario La Realidad en agosto de 2001]

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